1 sept 2016

México ha perdido a su Divo de Juárez

México ha perdido a su Divo de Juárez, al compositor que ha llenado la historia sentimental del país y de buena parte de Latinoamérica a lo largo de las últimas cuatro décadas. Juan Gabriel, el nombre con el que triunfó y que convirtió en leyenda a Alberto Aguilera Valadez, falleció en torno a las 11.40 del domingo (20.40 en la España peninsular) tras sufrir un infarto en Santa Mónica (California). El cantante, de 66 años, había viajado a Estados Unidos para ofrecer en Los Ángeles una serie de conciertos dentro de su gira MeXXIco es todo. Ofreció el último de ellos, que se ha convertido en su recital final, el pasado viernes en el Fórum angelino. Fueron dos horas seguidas de energía sobre el escenario, según lo saludó la crítica. Estaba previsto que siguiese el periplo con una nueva actuación en El Paso (Texas).

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Juan Gabriel ha sido todo un símbolo de la cultura popular mexicana con uno de los repertorios más abundantes de composiciones en español. Su origen humilde y su difícil ascenso a la fama inspiraron sus canciones más conocidas. Aguilera Valadez nació en Parácuaro (Estado de Michoacán) el 7 de enero de 1950. El menor de 10 hijos, vivió sus primeros años en la pobreza y tras la muerte de su padre marchó con su madre a Ciudad Juárez (Estado de Chihuahua). Allí, ingresó en una institución de cuidado para menores de donde escapó a los 13 años. A partir de entonces comenzó un periplo por las calles: vendió productos de madera y cantó en bares de la frontera con Estados Unidos.

Unas 1.500 canciones

Su vida pudo estar destinada al naufragio en las calles, pero logró impulsar su carrera artística en centros nocturnos. A los 21 años, consiguió su primer contrato con la discográfica RCA y despegó desde el éxito de su tema No tengo dinero hasta labrar una trayectoria en la que consiguió vender más de 100 millones de álbumes en todo el mundo. Canciones de Juan Gabriel —eligió ese nombre como homenaje a su maestro de escuela Juan Contreras y a su padre, de nombre Gabriel— forman parte del repertorio de numerosos artistas españoles y latinoamericanos.

 Falleció Juan Gabrielver fotogalería
Actuación de Juan Gabriel en Miami, el 17 de octubre de 2004. ALEXANDER TAMARGO GETTY
FOTOGALERÍA| Juan Gabriel, en imágenes

En 1990, fue el primer cantante de música popular que se presentó en el Palacio de Bellas Artes, el recinto artístico más importante de todo México, al lado de la Orquesta Sinfónica Nacional. Entre su repertorio están melodías como Hasta que te conocí, Así fue, Querida, El Noa Noa o Se me olvidó otra vez.

Sus canciones abordan numerosos géneros musicales que van desde la ranchera a los boleros, pasando por el pop, la salsa o el mariachi. Su mayor éxito fue Amor eterno, una ranchera que el cantautor compuso tras la muerte de su madre en 1974 y que grabó en 1990 en un dueto con la española Rocío Durcal. Una canción que se escucha en funerales en México.

Juan Gabriel es el compositor mexicano con el mayor número de temas musicales registradas —unas 1.500 canciones—. Sus conciertos suponen todo un carnaval de música y recuerdos: la pareja que se enamora con sus canciones, la pareja que se deja con ellas... El año pasado, presentó una serie de 16 recitales en la Ciudad de México en los que diseñó espectáculos de más de dos horas de duración en lo que además de interpretar sus canciones más famosas también bailaba.

El último recital

Su vida personal fue siempre objeto de polémica en la prensa del corazón. Padre de cuatro hijos, fue uno de los primeros cantantes mexicanos en admitir públicamente su homosexualidad. Ante la pregunta que el periodista Fernando del Rincón le hizo en 2002 sobre su orientación sexual, Juan Gabriel dio carpetazo a la especulación con su respuesta: "Dicen que lo que se ve no se pregunta mijo".

El cantante ofreció su último concierto el pasado viernes en el Fórum de Los Ángeles. En la presentación de más de dos horas se le vio emocionado y rindió un homenaje a Durcal, con quien cantó una serie de duetos en la década de los ochenta. Las crónicas de su última presentación hablan de un Divo de Juárez “feliz, emocionado, radiante”.

El registro más fiel de su vida ha quedado en la serie de televisión Hasta que te conocí, donde le encarna el actor colombiano Julián Román, quien contaba en julio a EL PAÍS que el intérprete reunió a los productores en su casa de Cancún para contarles su vida. Paradójicamente, el último episodio de la serie fue emitido anoche mismo en la televisión mexicana.

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Carta a Juan Gabriel Por Natalia Lafourcade 28/08/2016

Carta a Juan Gabriel
Por Natalia Lafourcade
28/08/2016

Ahora mismo mi cuerpo lleno de escalofríos y mi mente tratan de entender esta triste noticia que hoy nos dejó sin aliento a miles. Se nos fue un gran amigo de este mundo en el que vivimos nosotros, seguramente hoy nos mira a todos desde ese otro lugar que no conocemos pero que nos espera tarde o temprano.

Estoy tan agradecida con la vida, los tiempos, el destino, pues me dieron la oportunidad de pasar algunos días muy cerquita de el gran maestro y artista Juan Gabriel, y también agradezco tanto haber tomado la mano de don Alberto Aguilera, el gran ser humano, lleno de humildad, un hombre lleno de luz, sensibilidad, generosidad, amor, honestidad, mencionando tan solo unas pocas de sus tantas virtudes. Agradezco que tuve la oportunidad de verlo a los ojos, sentir ese ser tan hermoso y poderoso que vivía en su cuerpo, tomar sus manos después de que él tomará las mías. Agradezco tanto que pude cantar para él y dejar que su voz corriera entre la mía. Aun no puedo escribir bien porque me cuesta comprender que ni Juan Gabriel ni Don Alberto estarán más aquí con nosotros.

Y todo lo que nos han dejado... tantos años de entregarlo todo, de escribirnos esas canciones tan bonitas y especiales que a miles de personas han acompañado durante tanto tiempo, en momentos felices, difíciles, de melancolía, de baile, de celebración de la vida misma. Esta noticia me llena de tristeza como a todos, a este ser maravilloso lo vamos a extrañar pero al mismo tiempo siento que no hay manera de que Juan Gabriel muera porque el vive todos los días a cada segundo en la vida de millones de personas que lo tienen en sus corazones, en sus memorias de vida y de momentos inolvidables. Su música ha llenado de color, alegría y sentido nuestras vidas y pienso también en todo lo que él se llevo de nosotros. Me pasa seguido que la gente me pregunta como fue trabajar con Juan Gabriel. Ahora lo que más claro revivo en mi memoria son los momentos más cotidianos. Curiosamente el día que entré a su casa no me sentía tan nerviosa, la sensación era muy similar a la que sentía de pequeña entrando a la casa de mis tías abuelas que tanto quería y tanto me gustaba visitar, ese lugar donde se cocinaban recetas mexicanas, donde se platicaba muy amenamente en el patio lleno de plantas, la casa donde se desayunaban huevitos a la mexicana con chilaquiles.

Lo vi entrar por la puerta, traía puesta su pijama azul claro: ahí estaba una leyenda de la música frente a mi dándome la bienvenida a su hogar, abriendo sus brazos y su corazón. Me abrazó y en ese instante supe que las cosas saldrían muy bien en tan inesperado encuentro. Tanto mi mente como todo mi ser, estaba llena de confusiones, no entendía porqué él quería que yo cantara su canción, tampoco sabía cuál cantaría ni como sería la dinámica de mi visita. Me tomó la mano y comenzó a mostrarme su casa, era una mano calientita y me hacia sentir como una niña. Así, salimos a un pasillo y después entramos a un cuarto, otro cuarto, otro cuarto, cada lugar era un mundo hermoso y único como el, cada rincón tenía ese color que seguro el había escogido, ese adorno o ese detalle que lo convertía en un lugar único. Como ese elefante de dos metros de altura que llegó desde la India. Recuerdo los muebles, los trajes típicos de sus muñecas, recuerdo ver a México en cada rincón de esa casa y la tradición y cotidianidad con sabor a México.

Ese día comenzó a las 6:30 de la tarde. Y terminó a las 5:00 de la mañana. Ahí fue que entendí que con él era de noche la cosa. En el estudio pasamos horas, ahí me hizo cantar 3 temas en total. Canté una canción inédita de la cual no recuerdo el nombre pero si recuerdo pensar en que no tenía la menor idea de cómo interpretarla, fue ahí que me sentí nerviosa y fue ahí que me di cuenta que los micrófonos captan mágicamente cualquier miedo, inseguridad, o incertidumbre que uno tenga presente al cantar una canción. Sentía que el se daba cuenta perfecto de todo lo que me ocurría, no solo en ese momento si no en mi vida. Me entregó la canción más difícil como la numero uno para cantar y todo conmigo perfilaba a ser un desastre. Primer take e intenté con todo y mis fantasmas mentales, segundo take y él paró la canción. Sabía que no estaba cantando con el alma, sabía que no estaba usando a mi corazón para interpretar esta pieza. Me pidió ir del otro lado, sentarme y después me dijo: Natalia, te voy a pedir que te escuches, cuando uno esta adentro y no se permite salir para escucharse y mirarse desde afuera, sigue cometiendo los mismos errores sin poder cambiarlos. Aprende a escucharte desde afuera y así sabrás qué es lo que tienes que cambiar, obsérvate y así sabrás qué ajustes hacer para seguir adelante. Imaginen el aprendizaje de esto. Así que escuché la peor toma de presentación a él como interprete de su tema según como recuerdo, pero ahí algo dentro de mi me dejó saber que si había llegado hasta esa habitación donde estaba él, era por algo y también era porque yo tenía lo necesario para poder cantar su canción y decidí entrar de nuevo a la cabina y simplemente cantar para él con amor y humildad.

Hice otra toma fue mejor que la primera y el entró a la cabina, se conectó los audífonos y me tomo de las manos, así fue como cante esa primera canción que el me dió y fue uno de los momentos más hermosos y mágicos que me toco vivir junto a él. Imaginen que su cuerpo y energía, a través de sus manos tocando las mías me decían como quería que yo cantara esa canción para él. Todo desapareció en ese momento y simplemente nos fuimos volando. Después vinieron mas canciones y en cada una de ellas el estuvo ahí adentro de la cabina, cuidándome y acompañándome en ese instante en el que aprendí como era conectar con tu corazón y tu alma para cantar una canción. Poco después vino el momento de cantar Ya no vivo por vivir y si pude cantar esa canción como lo hice, fue gracias a él y su guía. Cuando era muy tarde ya nos fuimos a cenar y me sorprendió ver que tenían preparados para él unos ricos huevitos y chilaquiles con frijoles de la olla. Hechos con todo el amor de sus cocineras. Uno desde afuera imaginaría cualquier otra cosa pero no, adentro de esta casa había esta cotidianidad hermosa como la que se vive en las casas de México que tanto amo y ese calor familiar que tanto necesitaba en ese momento de mi vida. Alberto y yo platicamos por unas horas. Me hizo preguntas, yo estaba llena de dudas y trabajaba el disco de Mujer Divina sin saber si funcionaría o no. Se lo mostré poco antes de mandarlo a la mezcla. Ahora recuerdo porque no lo invité a cantar en este disco y cómo me arrepiento, la razón era que una parte de mi sentía que eso si que era mucho pedir y después estaba en la sala de su casa compartiéndole algo tan especial e importante que por cierto me hizo ponerlo de principio a fin escuchando con toda su atención cada uno de los temas. Me dió tantos consejos hermosos, me habló sin un pelo en la lengua como decimos, se abrió como lo hace un familiar, alguien que te ama y te conoce de toda la vida. Mis ojos se cerraban solos. Ya no podía de sueño pero él sí tenía toda la energía. Tuve que disculparme y decirle: ¿nos vemos mañana? Me abrazó me dió un beso en la cabeza y me llevó hasta mi cuarto. El mar acompañaba nuestras platicas y la casa quedaba más silenciosa y vacía conforme las horas pasaban. Cuando estaba adentro de mi cama agradecí mucho por estar ahí y poder vivir esa experiencia.

Tengo muchos momentos para contar pero no se trata de mi. Se trata de una pena que ahora todos cargamos y sentimos. Juan Gabriel suena en todos lugares ahora mismo, todos sentimos la misma tristeza. Me pregunto si el día de ayer mientras él se preparaba para este ritual y momento tan poderoso como lo es el escenario, ya sabía que lo esperaban del otro lado. Me pregunto si sabía porque los poquitos momentos que me tocó compartir con él, pude percibir la inmensidad de su sabiduría y sensibilidad. Sabía perfectamente lo mucho que lo amamos, sabía perfectamente lo tan importante que era y es en la vida de todos nosotros y por eso seguía trabajando y dando tanto con esos planes maravillosos que tenía entre manos para todos nosotros, porque su amor era infinito y eterno.

Agradezco tanto todo lo que aprendí al visitarlo en su casa. Agradezco tanto sus palabras honestas y directas que ocurrían mientras le compartía mi música, agradezco su humildad y que siempre me hiciera sentir en familia. Lamento mucho que ésta noche Juan Gabriel ya no esté físicamente con nosotros. Pienso que si yo pudiera elegir la muerte cómo y dónde, amaría morir cantando como él. Hasta el último momento Juan Gabriel llenó de vida y alegría a todos aquellos que lo acompañaban en cada uno de sus conciertos. Ahora nosotros podemos mantener viva su música mientras sigamos cantándola y mostrándola a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Así es. Una leyenda de la música en México. Un hombre que hizo historia y por ello forma parte de nuestra historia. Tenemos tanto que agradecerle.

Gracias Juan Gabriel te amamos, donde quiera que estés aquí estamos siempre contigo. En el altar de nuestra casa tendremos una vela encendida justo frente a nuestra foto y ese regalo tan hermoso que me diste cuando te visité por primera vez. En mis conciertos seguiré cantando Ya no vivo por vivir, esta canción que se ha convertido en un himno a la vida para mi, que me recuerda vivir intensamente y no tener miedo a aquellos lugares incómodos y desconocidos que, por cierto, tu me recomendaste nunca dejar de visitar.

Te adoro gran amigo, te adoro gran maestro, y te recordaré por siempre con todo el amor. Que en paz descanses.

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